Por qué creo que la IA nunca sustituirá a Google (ni a muchas otras cosas)

22/12/2022

En mi opinión, GPT-3 y otros modelos de lenguaje tendrán un papel transformador y sin precedentes como asistentes de las personas, pero nunca podrán sustituir completamente la función que Google cumple hoy en día en la sociedad y en nuestras vidas.

Jordi García

Director en kingseo.

Intuyo que en estos días (diciembre de 2022) estarás saturado de leer y ver contenido sobre ChatGPT y otro tipo de inteligencias artificiales. Por tanto, en un ejercicio de empatía, omitiré cualquier introducción al respecto e iré directamente al grano.

Para esta reflexión consideraremos el escenario donde la capacidad computacional o los costes operativos de la IA sean igual de viables que las del omnipresente buscador.

A mi juicio, GPT-3 y otro tipo de modelos de lenguaje tendrán un papel transformador y sin precedentes como asistentes de las personas pero nunca podrán sustituir, al menos completamente, la función que cumple Google hoy en día en la sociedad y nuestras vidas, de la misma forma y por el mismo motivo que pienso que Google nunca alcanzará la utopía del resultado único.

Y es que aparentemente ambas aspiraciones son incompatibles con dinámicas esenciales que nos definen como humanos y seres sociales. 

Veamos. 

Ambos casos pretenden generar una respuesta única y correcta ante una pregunta o solicitud de información.

Hasta ahora, ante una consulta, Google arroja una selección de resultados ordenados por relevancia. Para ordenarlos, utiliza ciertos criterios de evaluación, algunos son propios, como la usabilidad o la amplitud semántica que propone el contenido, y otros son sociales, que extrae de la propia comunidad de internet, como los enlaces desde otras páginas o el comportamiento de los usuarios al consumirlo. 

Ya de por sí, ese sistema puede resultar más delicado de lo que intuímos, ya que limita y manipula nuestro acceso a la información escogiendo bajo sus criterios cuál es relevante y cuál no.

Esto genera situaciones donde se podría abusar del sistema o casos donde en los resultados de una consulta no aparezca aquel brillante artículo escrito en un blog desconocido o con insuficiente autoridad como para posicionar. También restringe nuestra capacidad de acceso a información más creativa y menos validada o normativa.

Por otro lado, aún escribiendo la misma consulta, las intenciones de búsqueda de los usuarios varían. En muchos casos con pequeños matices. Este es el motivo por el que Google muestra diferentes tipos de contenido en sus resultados. 

Sean cuales sean los criterios de evaluación de la información nunca podrían ser a gusto de todos.

Pero creo que la cuestión clave de todo esto es que no es lo mismo información que conocimiento.

Como veíamos, establecer una relevancia para la información ya implica conocimiento. Pero dar una sola respuesta única y verdadera sería el conocimiento en sí mismo.

Y aquí empieza a ponerse de manifiesto el problema, porque lo cierto es, que en lo que refiere al ser humano, no existe la verdad absoluta. Con suerte, existen consensos generalizados al respecto de ciertas cosas.

Pero encuentro más motivos que me llevan a la conclusión de que no es posible el resultado único sin otras alternativas.

El área del conocimiento humano. - Midjourney

1. Las IAs que beben del propio conocimiento humano no pueden más que exponer aquello generado y previamente validado por el ser humano para ofrecer respuestas.

Para dar una respuesta única, se verán obligadas a contenerse permanentemente en aquél área de conocimiento con relativo consenso general y no alcanzar nunca las cotas de conocimiento creativo.

La relativización en ciertos temas sería poco estimulante, tanto, que las personas buscarían otras fuentes de consulta que ofrecieran alternativas más interesantes y atractivas.

2. Incluso las cuestiones más consensuadas no son absolutas.

Ni las leyes universales de la física, ni la llegada del hombre a la luna, ni la conveniencia de una determinada Ley del Derecho son cuestiones absolutas. 

Por tanto, de nuestro propio área de conocimiento tampoco obtenemos conclusiones únicas. Todo está en continua revisión.

3. Nadie quiere una exposición doxográfica con todas las interpretaciones, significaciones y aproximaciones a una cosa.

No es posible no mojarse, ni eliminar cualquier juicio de valor en la síntesis de la información, porque hacerlo supondría citar todas las fuentes y versiones. Cosa que nadie quiere consumir. De la misma forma que nadie quiere ni pretende leer y profundizar en todos los resultados de Google para una búsqueda. 

Por otro lado, generar una respuesta argumentada o conversacional y citar únicamente ciertas fuentes o autores atentaría directamente contra nuestros queridos sesgos y prejuicios.  

4. El conocimiento del ser humano no tiene como razón única de ser el alcanzar una verdad objetiva y completa.

Sino más bien significativa, que responda a necesidades humanas y dinámicas sociales más complejas más allá de describir una realidad estrictamente natural de las cosas. Creer en Dios podría ser un ejemplo de ello. ¿Dios existe? 

Le he preguntado a ChatGPT. Su respuesta resumida:

La existencia de Dios no puede probarse ni demostrarse de manera concluyente, y cada persona debe llegar a su propia conclusión sobre esta cuestión basándose en su propia razón, experiencia y creencias personales.

¿Te satisface? 

Si, en cambio, hubiese dicho “Sí.” o “No.” ¿Le creerías?

5. Al ser humano le resultará inútil cualquier conocimiento que pertenezca o emane de un área externa al conocimiento humano.

Todo conocimiento que no emane del ser humano será un conocimiento artificial, sin significado, incognoscible, e incomprensible para el hombre. 

Por una cuestión práctica, prefiero no profundizar en esta idea pero me resulta una reflexión vibrante, llena de sentido y te invito a valorarla con calma. 

6. La desconfianza ante el abuso.

Si nos encontráramos en una situación sin alternativas donde solo disponemos de un Chat-GPT para realizar nuestras consultas de forma online, sentiríamos una profunda desconfianza ante la posibilidad de abuso o instrumentalización de la herramienta con fines interesados o perversos.

BONUS: Existe el riesgo del juego del trilero. 

Siempre que una IA fuera capaz de educarse al respecto del individuo con el que interactúa, podría dar un resultado único personalizado y conveniente para esa persona, es decir, que nos diga exactamente lo que queremos oir. Una respuesta diferente para cada persona ante la misma consulta.

De esta forma sortearía el problema de la verdad absoluta. Pero honestamente eso tampoco lo creo viable porque oye, qué quieres que te diga, no seremos IAs, pero tampoco somos tan tontos.

Súper asistente de Inteligencia Artificial - Midjourney

CONCLUSIÓN

Con esta tecnología en forma de asistentes superlativos, empezaremos a resolver cuestiones y tareas mucho más complejas en cuestión de segundos. No solo eso, la IA nos servirá de inspiración a diseñadores, cineastas, abogados, médicos, investigadores, educadores, y otros profesionales. Nos ayudará a comprender cosas que antes no podríamos comprender tan fácilmente y nos acercará al conocimiento humano como nunca había sucedido. Y definitivamente pienso que será transversalmente transformador para la sociedad actual. 

Pero con este artículo, querido lector, te invito a no sentir demasiada inquietud. Porque en nuestra particular y maravillosa existencia parece que solo un ser humano puede serlo. Y ciertos mecanismos de nuestra esencia no pueden obviarse tan fácilmente.